“La IA entra en clase: la aliada que puede transformar los resultados del sistema educativo”


“La IA entra a las clases como la aliada que puede transformar los resultados del sistema educativo”
La inteligencia artificial, no es solo una promesa del futuro: ya está transformando aulas, métodos y roles educativos. Muchos alumnos, docentes y familias en España ya usan herramientas de IA como apoyo en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Un estudio reciente indicó que aproximadamente el 82 % de los alumnos, el 73 % del profesorado y el 69 % de los padres ya han utilizado herramientas de IA.
Sin embargo, los datos nos muestran también una realidad preocupante. Según los resultados de PISA 2022, los estudiantes españoles de 15 años han obtenido puntuaciones inferiores a ediciones anteriores en lectura (474 puntos) y matemáticas (473 puntos), y están ligeramente por debajo o muy cercanos a los promedios de la la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). En ciencia se obtuvo un resultado de 485 puntos, lo que aunque está en mejor posición relativa, también refleja descenso respecto a ciclos anteriores.
Estas tendencias reflejan desafíos estructurales en el sistema educativo: desigualdades regionales y socioeconómicas, metodologías que no siempre fomentan pensamiento crítico o resolución de problemas, y contextos educativos diversos.
Por eso, la IA puede jugar un papel muy útil para abordar algunas de esas debilidades:
Permite personalizar el aprendizaje, adaptándose al ritmo y necesidades de cada estudiante, lo cual podría ayudar a compensar diferencias socioeconómicas u otras barreras.
Facilita que el profesorado implemente metodologías más centradas en el alumno, generando materiales adaptados y analizando datos para detectar dificultades tempranas.
Favorece el desarrollo de competencias clave que también son evaluadas por PISA: pensamiento crítico, resolución de problemas, competencia digital y habilidades de investigación.
No obstante, no todo es automático: es esencial combinar esta tecnología con la reflexión pedagógica. Es importante establecer normas claras, fomentar el pensamiento propio, equilibrar el uso de tecnología con interacciones humanas, asegurar equidad digital (para evitar ampliar la brecha), y educar en ética, privacidad y responsabilidad digital.
En definitiva: la IA no soluciona por sí sola las brechas reveladas por PISA, pero sí puede ser un aliado poderoso si se implementa con criterio, creatividad y responsabilidad. Podemos aprovecharla para fortalecer lo que PISA nos muestra como áreas de mejora, dotando a estudiantes y docentes de nuevas herramientas que complementen las metodologías tradicionales.


