¡¿Cómo se me puede ir una clase de las manos?!

«Qué bonito es dar clase”… Es lo que me repito cada mañana cuando me levanto o cada vez que dan las 17:00 horas y a modo de autoevaluación, o de “rutina de pensamiento” (como a ellos les digo), suelo preguntarme cómo se habrán tomado las clases, o las actividades o los retos planteados; qué es lo que mas les habrá gustado; o qué es lo que mejor me ha parecido de tal o cual sesión. Las respuestas me suelen ayudar a descubrir aspectos susceptibles de mejora… y la verdad, casi siempre hay algo. Pero hoy… ¡Hoy tengo que contarlo!

Alumnos del Colegio Mirasur.
Hoy he decidido dejarlo por escrito. Porque a la conclusión a la que llego es una pregunta: “¿Cómo narices se me puede ir una clase de las manos?”
Tocaba Ciencias Sociales. Abrimos la clase con un vistazo general a sus organizadores visuales sobre las distintas “Edades o etapas de la Historia y la Prehistoria” que habían elaborado de manera individual.
-¡Estupendo!- me digo para mí mismo- hay geniales creaciones. Se empiezan a ver los frutos de los mapas mentales trabajados en las clases de Lengua (proyecto ComunicArte).
Bien, es mi turno. Toca aprender cómo elaborar un eje cronológico. Allá vamos. Ponemos una línea, establecemos el comienzo hace 2.500 millones de años, con los primeros homínidos.
Todo normal, yo entusiasmado, como en todas las clases de Historia. Poniendo fechas a diestro y siniestro en las etapas de la Prehistoria. (Algún bostezo, no entiendo porqué, si es fantástico lo que estamos viendo) Sigo…toca la aparición de la escritura. ¡Vaya acontecimiento! ¡comienza la Historia!, ahora tenemos datos reales, los primeros escritos (otro bostezo…de otro alumno diferente. No me lo explico, si me lo sé muy bien, no entiendo cómo se pueden estar aburriendo…tendrán sueño).
Otro pasito más, que si los Romanos y su caída; y llegaron los pueblos bárbaros (cómo me crezco, es que alucino contándolo); Llegan los árabes ¡Toma!…LA RECONQUISTA; y la toma de Granada; Fin de la Edad Media…Levanto engrandecido la mirada y….dos jugando con el estuche; dos niñas mirando el reloj; otro con los ojos como platos buscando Marte en la profundidad de la pared…pues no sé qué ha pasado, si solo me ha faltado traer a Colón y cuatro cavernícolas.

Alumnos del Colegio Mirasur.
Y yo que predecía esta sesión como un éxito rotundo. Treinta segundos observando y la voz de mi conciencia que me decía:
¿Ves? que te lo vengo diciendo, que los verdaderos “protas” no son ni los RRCC, ni El Cid, ni los que llegan ni los que salen. Que son ellos, esos que bostezan, esos que juegan (porque es lo que les toca), los que están en Marte. Ellos son los personajes principales de tus clases de historia.
Es verdad, mira que lo sé de sobra, que he de cambiar y darles más competencias, pero con lo que me gusta la Historia…
De repente, como si me dieran un empujón y con una voz que salía de mi boca, digo:
¡Un momento chicos! -rompiendo el silencio de observación- si hace 2.500 millones de años -señalando el comienzo del eje cronológico- no había aún escritura…¿cómo podemos saber exactamente que esos datos son ciertos?
¡Buenooo! pues ya le he liado (como decía el Josebas de “qué vida más triste”), y todos y todas mirando. Si, si, ahora había 44 ojos clavados en la pregunta. Estaban esperando a que les dijera yo la respuesta, y sabían que no se las iba a dar.
Pues nada, tras unos segundos, muchos y muchas empezaron a llenar la pizarra de ideas, hipótesis sobre los procesos de datación de los restos de homínidos. Menuda lluvia de ideas que elaboraron en un momento. Ahora las caras eran de entusiasmo.
Me dije, “esto hay que aprovecharlo”. Tres preguntillas más:
¿Qué es lo que sabemos sobre esto? ¿Qué necesito saber para entenderlo? ¿De dónde puedo sacar la información?
Y como si de un huevo frito gigante se tratara, pusieron en la yema las preguntas y a su alrededor, lo que viene siendo la clara, todas las posibles fuentes de información. Que si los abuelos, los padres, los profes, científicos, arqueólogos, en Youtube, en la Wikipedia, y una ingente lista más de completaba el huevo.
En fin, se terminó la clase y con la cita de Einstein visible en los cristales de la ventana de la clase, aquella de “Un cerebro no es un vaso por llenar, sino una lámpara por encender”, se fueron a sus casas. Eran las cinco de la tarde.
Y yo, entre cabizbajo por no haber terminado de completar ese magnífico eje, y entusiasmado por verles entusiasmados, me fui caminando pensativo:
-¿Cómo se me puede ir una clase de las manos?, madre mía.
Y por un momento, me relajé repitiéndome. Bueno, no pasa nada. Mañana lo arreglo. Repasaremos de nuevo el eje y listo.
No había recorrido ni la mitad del trayecto hasta mi casa, cuando el desagradable vibrador del móvil me avisa de un nuevo correo electrónico. Lo miro y…
¡La Jefa de Estudios del Departamento de Prehistoria de la Universidad de Barcelona! -leo en voz baja.
Puf, no puede ser, esto no puede estar pasando. No me lo creo, un alumno había mandado un mail a la Universidad de Barcelona. Y eso después de haber llamado por teléfono para pedir a la Secretaría de la facultad el contacto de alguien que le pudiera solucionar unas dudas. INCREÍBLE. No me lo podía creer.
Lo mejor de todo es que la arqueóloga le daba material para que siguiera investigando y aprendiendo.
Mirándolo bien era una buena estrategia para empezar al día siguiente la clase de Historia. No había nada más motivador que un alumno contara cómo había conseguido saber los diferentes métodos de datación de los restos arqueológicos.
No había pasado ni media hora y otro mail…otro alumno, ahora con unas formas un tanto “agresivas” solicitaba a otro arqueólogo, ahora de la universidad de Córdoba, ni más ni menos que ¡un vídeo! Un vídeo explicativo que resolviera sus dudas…en lo sucesivo de la tarde llegaron más correos.
Para, para, Germán, esto tienes que frenarlo que se te va de las manos que como esto siga así vamos a tener a los científicos y arqueólogos de España revolucionados tratando de de dar información a mis alumnos…Bueno la verdad es que no hay nada de malo. Como Competencia Social desde luego que es innegable que es una actividad inmejorable.
Pues como la adaptación a los alumnos y a la sociedad en la que van a desarrollar sus vidas debe ser inherente el maestro, me dije: -Pues toca adaptación,…a actualizarse.
Así que aprovechando la circunstancia de que la mayoría de los alumnos habían decidido contactar por mail, me pareció lógico trabajar la “carta formal” y darle mas seriedad a los mail que remitían…¡¡Fantástico!! Además lograron un intercambio de correos entre ambas partes, algo que acababan de ver en los elementos de la comunicación de Lengua.
Durante los dos días posteriores, los chicos y chicas recabaron información de muy diversas instituciones de España: Universidad de Córdoba, De Barcelona; Universidad Complutense de Madrid; Museo Nacional de Arqueología; Universidad de Salamanca; Museo de la Evolución Humana de Atapuerca.; Fuera de nuestras fronteras también fueron escuchados. Hablaron con una Universidad de Costa Rica; Incluso una alumna que habla portugués decidió ponerse en contacto con una Universidad y un museo de Brasil…y también obtuvo respuesta. Increíble, la gente escuchaba las peticiones de mis alumnos y aportaban su granito de arena. Además, lo hacían casi de manera inmediata.
Así que entre la información rescatada de internet por algunos alumnos, los documentos que otros trajeron directamente de las conversaciones con sus familias y la recibida gracias a los contactos realizados, habían cruzado el charco. Mirasur, en Pinto, estaba interconectado con el mundo. Los alumnos estaban entusiasmados viendo en un mapa todos los lugares a los que estaban ahora unidos.
Bien, Competencia Comunicativa conseguida, ¡subimos de nivel!
Ahora, esa pregunta de ¿Cómo se me puede ir una clase de las manos?, era una feliz realidad. Feliz por verlos explicarse entre ellos los diferentes métodos y los conocimientos adquiridos por construcción,… y no por escuchar (o por no escuchar).
Esto sí es Competencia de Aprender a Aprender.
Quizás me quede con la espinita de no haber llegado a un nivel mayor de taxonomía en el que aplicaran los métodos estudiados…aunque prefiero no decir nada de momento, no vaya a ser que mañana se pongan a excavar por todo Pinto.
En definitiva los resultados conseguidos apenas tienen importancia si los comparamos con la asombrosa potencia y poder de los procesos y competencias desarrollados.
“Si enseñamos a los alumnos de hoy del mismo modo que enseñábamos a los de ayer, les robamos el mañana” (Dewey).
Germán Isabel Olmos (Profesor del Colegio Mirasur)